Está saliendo a la palestra un proyecto de ley sobre Uniones Civiles. En donde se pretende regular las uniones de hecho de parejas del mismo sexo. Esto ha escandalizado a algunos sectores conservadores de nuestra sociedad, ya que eso atenta en contra de un concepto de familia arraigado en sus precarios cerebros.
No se hace más que mencionar la palabra homosexual, para que saquen las banderas de lucha y griten a los cuatro vientos “¡Horror! ¡Qué va a pasar con nuestros hijos!”
La verdad señores, que nuestros hijos son mucho más inteligentes que lo que nosotros queremos creer. Me sorprendió tiempo atrás la naturalidad con que una pequeña aceptaba que su mamá tuviera una polola. Creo que ellos tienen muy claro el concepto de amor, familia y felicidad.
¿Porqué no se puede ahora avanzar un poco, y resguardar el patrimonio, la salud, las jubilaciones de parejas que son del mismo sexo, y que actualmente no están protegidos de la misma manera que lo están las parejas habituales? (nótese el uso de la palabra habitual en vez de normal)
Para mí, al revés de lo que dicen algunos politicuchos, considero que se fortalece la familia, al proteger lo que dos personas construyen en conjunto. Todos tenemos el derecho de construir nuestro futuro y de nuestra familia de la mejor manera que consideremos. El matrimonio no es el único camino, y sí, se pueden formar familias fuera de él.
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