miércoles, junio 07, 2006

Entender

¿Cómo puede ser que los hombres no sepan ni lo más básico del cuerpo de las mujeres? Ni tampoco lo menos básico ni menos lo más profundo.


Esta cita sacó chispas, ronchas, se desenvainaron espadas, casi corre sangre, si no fuera por que mancharían las paredes blancas se volvieron a envainar las armas, pero el guante estaba echado.

Los más variopintos argumentos fueron esgrimidos, justificando lo injustificable, apelando a la inconciencia de los hombres, apelando a la emotividad de la mujer. Lo indecible se dijo y no se tuvo reparos en pedir manual de instrucciones y control remoto.

El cerebro en el glande, argumentaron, y ya no son necesarios para procrear, son reemplazados por plásticos y pilas. No tienen imaginación.

La guerra se cernía sobre los vasos medio vacíos, pero llenos de rabia. Los ojos lanzaban dardos y fuego, las manos se crispaban y agitaban. Voces de altos decibeles se escuchaban en el aire, los corazones latían con fuerza y pasión.

Abrazados se terminó, disfrutando los cariños, tratando de descifrarse, amándose una vez más.

Mis amigos emprendieron la retirada y me quedé solo sobre la cama, con la cabeza dando vueltas por lo vivido, sabiendo una vez más que la guerra de los sexos no acabará, mientras dure la falta de entendimiento.


...


Sigo creyendo que eres un tipo estupendo y todo eso –dijo–. Pero un hombre que me abandona no es el tipo con que quiero estar.