Hace tiempo que no sentía esto de tener una alegría por alguien. De esas sensaciones extrañas que ocurren de repente y que te hacen ver que la vida nos da sus recompensas cuando somos constantes. Acabo de volver a visitar a una amiga muy querida, está viviendo en su nuevo departamento, comprado con esfuerzo, y ella es un ejemplo a seguir. La conocí de potrilla, recién salida del colegio, de esto ya van a ser diez años. Trabaja en informática en una empresa grande, y después de tanto sacrificio y esfuerzo tiene su recompensa. Vive en forma independiente, en un bonito departamento, de su propiedad. Da gusto ver a la gente que se esfuerza, ser recompensados. Amiga, yo sé que vas a leer estas líneas, por eso quiero dejar plasmado que estoy muy contento de ti, y a la vez estoy muy orgulloso de ser tu amigo.