Trabajo cerca de la Plaza Baquedano, y el sólo pensar que instalarían un adefesio, de una persona que me tiene sin cuidado, sólo porque un grupo de mojigatos colijuntos quieren tener más ídolos que adorar, me irrita de sobremanera.
Considero que la religión debe estar confinada a las cuatro paredes de las iglesias, y no invadirme en mis espacios como lo querían estos grupúsculos.
Espero que el rechazo sea permanente, no quiero monstruos merodeando la ciudad.
miércoles, noviembre 11, 2009
La estatua del papa
Suscribirse a:
Entradas (Atom)