Cuando comencé este blog, busqué un motivo, una inspiración para comenzar a escribir. Esa inspiración fue un pequeño hamster llamado Hacu (hamster culi...) quien vivió conmigo por un tiempo y me miraba desde su confortable jaula de tres niveles.
Me sentía un poco como Hacu, dentro de una jaula de cemento, observando el mundo a mi alrededor, sacando mis propias conclusiones, preocupado de juntar alimentos para el invierno, durmiendo y corriendo día a día dentro de una rueda.
Hoy me contaron que murió, debe haber tenido tres años, una eternidad para un hamster, pero bueno, es la ley de la vida.
Buen viaje y gracias por tu inspiración.